La bella e insoportable realidad en Maudie




Cuerpo sano mente sana, la máxima que demuestra lo peligroso que un pensamiento absoluto puede llegar a ser. O es que acaso esta idea no deja de lado aquellos cuerpos que no alcanzan la sanidad o esta termina siendo diferente. 

Ese pensamiento es lo que no te encaja, penas comienza la película. Si, Maud Lewis encarnada por Sally Hawkins padece de una enfermedad desconocida y no tratada para la época, pero por lo menos yo no me explico como se le pudo tratar tan mal. Tristemente, se trata de una historia real, que conmueve mucho más que el mejor esfuerzo de la ficción. 

En lo particular, me parece de mal gusto "Aprender de las grandes lecciones de vida de estas personas", ya que yo se que ellos y ellas no sufrieron con ese propósito, y entre tener una lección y que hayan tenido paz en sus vida, prefiero que pudieran haber disfrutado de una vida tan normal, mundana y tranquila que jamás nos hubiéramos apercibido de ellas. Sin embargo, aquí estoy, analizando una película que me hizo llorar de amargura y alegría.

Donde me quiero centrar en el elemento CASA. ya que este para a ser el inicio del conflicto y el instrumento para su resolución, y más allá de eso, la proyección psíquica del cuerpo, el set principal y a la vez, extradiegético.

El hermano, Charles Dowley (Zachary Bennett) vende la casa materna, y es entonces nuestra protagonista se queda sin techo original, tal como nos presentan su cuerpo, hasta entonces, motivo de rechazo, sin identidad ni dueña. 

Sin que pase mucho tiempo, decide buscar trabajo y se muda con Everett Lewis (Ethan Hawke) un pescador orco, bruto y obstinado, que la sigue rechazando por su condición, la maltrata y la niega, la misma casa, en desorden y brinda poco cobijo del frío, donde incluso le llegan a decir que su prioridad se encuentra por debajo de los perros y las gallinas. 

Y en este punto quiero aclarar que ninguna persona debería permitirse tolerar estos tratos, sin embargo, para este análisis, tomaremos todos elementos como parte de la casa, que es hostil, sin hospitalidad y hasta poco útil. Quizá, de la forma que hasta ese momento trata su cuerpo.




Contra todo pronóstico, decide volverla suya, un lugar para su comodidad, no espera ser acogida, la vuelve acogedora, toma las riendas de su lugar donde habita, y a su vez lo hace con su talento al punto en que queda rezagada la enfermedad y sus inconvenientes consecuencias.

Maudie es la historia de la mujer que tomó un pincel y retrato su vida a su pinta. Pero tambien del fracaso de la sociedad al no reconocer a las personas que se empujan hasta la marginalidad y no existe manera de salir de ahí si no es con un talento extraordinario y la suerte de que sea descubierto. 

 
 


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